que me asalte a traición en pleno día
y que sofoque esta
soberbia mía,
este orgullo de ser
todo pudiente.
Quiero un amor feroz de garra y diente
que en carne viva
inicie mi sangría,
a ver si acaba esta
melancolía
que me corrompe el alma
lentamente.
Quiero un amor que sea
una tormenta
que todo rompe y lo
renueva todo
porque vigor profundo
lo alimenta.
Que pueda reanimarme
allí mi lodo,
mi pobre lodo de animal
cansado,
por viejas sendas de
rodar hastiado