SONTAG, BLOODY SONTAG


El título de este post que compartimos le pertenece a Camille Paglia, quien en su libro Vamps and Tramps detalla su desilusión con respecto a la figura de la gran escritora. Esto se debe a que Sontag nunca se sintió cómoda cuando movimientos como el feminismo o la izquierda intelectual intentaron incluirla en sus filas.

“Escribo para definirme, un acto de autocreación, en un diálogo conmigo misma, con escritores que admiro, vivos y muertos, con lectores ideales. Porque me da placer. No sé con certeza para qué sirve mi trabajo.”

Esta declaración de principios puede oler a falsa modestia, pero contiene las palabras diálogo y de placer; conceptos recurrentes en su obra. Para la escritora estadounidense no había forma de crear más importante que estando atento a LO OTRO. Esto marca una diferencia fundamental con la mayoría de sus compatriotas, siempre preocupados por mirarse el ombligo.

Su mirada crítica incluso alcanzó a su propia obra. Durante los últimos años llegó a decir que su libro fundacional “Contra la interpretación” era un pecado de juventud, lleno de esa vocación provocadora y urgente propia de quien aún carece de experiencia pero derrocha pasión. Sin embargo ningún crítico y artista resulta ajeno a su tesis de que “para hablar de arte hay que hablar de la obra, no de lo significa”.

Quizás el cambio de su posición con respecto a aquel ensayo parte de presenciar el crecimiento monstruoso de una cultura audiovisual que lo fagocita todo como un Pantagruel insaciable. La cámara como falo, y la reproducción de máquinas de fantasía que provocan adicción son conceptos fundamentales de “Sobre la fotografía” y “Ante el dolor de los demás”.

De la pasión por el arte mayúsculo a el horror de la pantalla chica; la historia de todo un siglo. Y una última frase como un martillazo en la cara: “Creo que el escritor es alguien que presta atención al mundo, lo que significa tratar de entender, observar y conectar con los diferentes actos de maldad que los humanos son capaces de realizar y a la vez no corromperse (volverse cínico, superficial) al lograr esta comprensión de la naturaleza humana”